En estos días me entregué a leer la Fenomenología del Espíritu, y soy consciente de que es una tarea de mucho tiempo y dedicación. Me gana la pretensión de entender cómo observa Hegel las relaciones entre el destino, la causalidad y las decisiones que nos vemos forzados a tomar. Cómo todo esto influye en la determinación del saber y del individuo mismo frente a la sociedad es una cuestión, a mi juicio, de suma importancia.
Mis dudas básicas y una aproximada respuesta, también básica y extremadamente intuitiva, están salpicadas en Los laberintos de mi ilógica. En el momento en el cual nos enfrentamos con lo que viene dado históricamente, las decisiones que tomamos nunca garantizan por sí mismas los resultados. Pero las consecuencias de esas decisiones hacen a la esencia de uno, a la propia existencia.
Jugar con uno es entonces apostar por una acción (y antes de eso, pensar e interpretar), decidir sabiendo que, más tarde o más temprano, nos convertimos en el eco, el resultado que quedó de aquella apuesta.
Laberintos de mi ilógica
Recuerdos de un mañana previsible,
como si ser hombre no alcanzara para ser.
como si ser hombre no alcanzara para ser.
Tal vez este otro día
en que me encuentro predecible
podría olvidar los tiempos,
y ser, tan sólo eso,
esta vez.
en que me encuentro predecible
podría olvidar los tiempos,
y ser, tan sólo eso,
esta vez.
Pero los años en recuerdos se entrelazan como rieles
y pierdo las nociones
y vuelvo a reencarnarme
en un espectador de identidades ilegibles
casi como un capricho de no ser
y ser otro
a la vez.
y pierdo las nociones
y vuelvo a reencarnarme
en un espectador de identidades ilegibles
casi como un capricho de no ser
y ser otro
a la vez.
Hoy soy también el eco
de instantes decisivos.
de instantes decisivos.
Y a veces me arrepiento
y me concibo diferente.
y me concibo diferente.
Los días se abren paso en este horóscopo falible
devenido en capricho,
en otro eco predecible.
devenido en capricho,
en otro eco predecible.
Y en ese recorrido,
quizás ahora conciente,
me encuentre y me reescriba
en propias utopías.
quizás ahora conciente,
me encuentre y me reescriba
en propias utopías.
Pero, otra vez,
vencida por el empeño y el apuro
en hacerme de respuestas,
los laberintos de mi lógica flexible
culminarán efímeros y exactos
en asertos que no existen
o no puedo probar.
Luego, cualquier conclusión
hija de alguna fatiga,
no será menos confusa
que la propia existencia.
vencida por el empeño y el apuro
en hacerme de respuestas,
los laberintos de mi lógica flexible
culminarán efímeros y exactos
en asertos que no existen
o no puedo probar.
Luego, cualquier conclusión
hija de alguna fatiga,
no será menos confusa
que la propia existencia.
Para un tipo que es gustoso de sartre, es como leer la música que tratas de transmitir. Sos la mejor!!!!!
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