Ya habían reposado los carteles.
Desteñidos en la lluvia,
fueron el ápice de la materia.
Y se quedó de pie pero de lejos
una larga fila para observar.
Desteñidos en la lluvia,
fueron el ápice de la materia.
Y se quedó de pie pero de lejos
una larga fila para observar.
Otros desfilaron pero no atendían
por deliberados o por ignorantes,
porque les dijeron o por el instinto
primitivo de salvarse
en el silencio anónimo.
por deliberados o por ignorantes,
porque les dijeron o por el instinto
primitivo de salvarse
en el silencio anónimo.
Mientras los orgánicos se descomponen
y los otros, aunque desteñidos,
toman la forma perpetuada de un reclamo
se destruyen pero quedan
(el ápice de la materia)
listos para reciclarse.
y los otros, aunque desteñidos,
toman la forma perpetuada de un reclamo
se destruyen pero quedan
(el ápice de la materia)
listos para reciclarse.
Hasta que vuelvan las manos,
hasta que vuelvan las voces
a inscribirles el mensaje
en sus cuerpos castigados,
manos y voces que no entregan
su voluntad por la quietud de resguardarse
en el infalible silencio
tan elocuente en la falta
de la bravura rojiza.
hasta que vuelvan las voces
a inscribirles el mensaje
en sus cuerpos castigados,
manos y voces que no entregan
su voluntad por la quietud de resguardarse
en el infalible silencio
tan elocuente en la falta
de la bravura rojiza.