domingo, 22 de julio de 2012

VII


Ya habían reposado los carteles.
Desteñidos en la lluvia,
fueron el ápice de la materia.
Y se quedó de pie pero de lejos
una larga fila para observar.

Otros desfilaron pero no atendían
por deliberados o por ignorantes,
porque les dijeron o por el instinto
primitivo de salvarse
en el silencio anónimo.

Mientras los orgánicos se descomponen
y los otros, aunque desteñidos,
toman la forma perpetuada de un reclamo
se destruyen pero quedan
(el ápice de la materia)
listos para reciclarse.

Hasta que vuelvan las manos,
hasta que vuelvan las voces
a inscribirles el mensaje
en sus cuerpos castigados,
manos y voces que no entregan
su voluntad por la quietud de resguardarse
en el infalible silencio
tan elocuente en la falta
de la bravura rojiza.

viernes, 18 de mayo de 2012

Guardando las formas


Si volvés a buscarte

Vacilaciones oportunas
y reencuentros
que no tanto;

puedo verte levantando
los pilares de la calma.
En un instante
una sonrisa
se destaca entre la luz.

Es mediodía
y el tiempo se deshoja.

Habría sido en vano
verterte mis palabras
desvistiendo la idea
de no saberme un tanto,
u otro tanto,
vulnerada.

En cualquier caso, un suspiro
desliza a la memoria
con la viva imagen tuya
interviniendo los espacios.

Tres horas más tarde,
voy perdiendo mis hojas.

Por si mañana,
o algún día,
me pretendés intacta,
te ha quedado mi silencio
y la verdad conjeturada.

Y si el tiempo se te escapa,
y si volvés para buscarte
podrás reclamarte igual
o más fiel,
todavía,
en cada imagen tuya
donde alcanzo a detenerlo.

miércoles, 25 de abril de 2012

#

Estuve escribiendo una introducción más larga, contando sobre un debate acerca de reformas y revoluciones que tuve con una muy amiga, a la que de verdad quiero y admiro profundamente.  Está claro que es una temática demasiado extensa, y cuando terminé me di cuenta de que sólo iba a confundir más las cosas. Lo que viene ahora se enmarca en ese debate, pero es una pequeñísima porción de él. Algún día haré de esa charla una entrada completa, no hoy.

Hoy voy a evitar explicarme. Por lo que, en cualquier orden:

- sea
- usted
- libre.



Nos conjunto

Ser complejo, estar complejo,
ser real e imaginario
susceptible de arbitrarios
ignorantes selectivos.

Ser entonces abreviado,
convertirse en cardinal
y ordenarse en algoritmos.
Serse simple hasta no estar.

Andar miembro del conjunto
operado por terceros,
reducido al homogéneo.
Ser sujeto, estar objeto.

Y entre todo, más de cerca,
permanecer variando
siendo ajeno a simbolismos
cuestionando la existencia.

Rebullendo de insolencia,
el todo se agita en las partes
y a cada parte su revuelta;
y a cada hombre, libertad.

martes, 3 de abril de 2012

Jugar con uno

Esta vez traigo algo que escribí hace un tiempo, confundida. Espero que mi confusión no se haya trasladado a las palabras que usé para desentrañarla. Recomendación: lea despacito.


En estos días me entregué a leer la Fenomenología del Espíritu, y soy consciente de que es una tarea de mucho tiempo y dedicación. Me gana la pretensión de entender cómo observa Hegel las relaciones entre el destino, la causalidad y las decisiones que nos vemos forzados a tomar. Cómo todo esto influye en la determinación del saber y del individuo mismo frente a la sociedad es una cuestión, a mi juicio, de suma importancia.


Mis dudas básicas y una aproximada respuesta, también básica y extremadamente intuitiva, están salpicadas en Los laberintos de mi ilógica. En el momento en el cual nos enfrentamos con lo que viene dado históricamente, las decisiones que tomamos nunca garantizan por sí mismas los resultados. Pero las consecuencias de esas decisiones hacen a la esencia de uno, a la propia existencia.
Jugar con uno es entonces apostar por una acción (y antes de eso, pensar e interpretar), decidir sabiendo que, más tarde o más temprano, nos convertimos en el eco, el resultado que quedó de aquella apuesta.


Laberintos de mi ilógica

Recuerdos de un mañana previsible,
como si ser hombre no alcanzara para ser.

Tal vez este otro día
en que me encuentro predecible
podría olvidar los tiempos,
y ser, tan sólo eso,
esta vez.

Pero los años en recuerdos se entrelazan como rieles
y pierdo las nociones
y vuelvo a reencarnarme
en un espectador de identidades ilegibles
casi como un capricho de no ser
y ser otro
a la vez.

Hoy soy también el eco
de instantes decisivos.
Y a veces me arrepiento
y me concibo diferente.
Los días se abren paso en este horóscopo falible
devenido en capricho,
en otro eco predecible.

Y en ese recorrido,
quizás ahora conciente,
me encuentre y me reescriba
en propias utopías.

Pero, otra vez,
vencida por el empeño y el apuro
en hacerme de respuestas,
los laberintos de mi lógica flexible
culminarán efímeros y exactos
en asertos que no existen
o no puedo probar.

Luego, cualquier conclusión
hija de alguna fatiga,
no será menos confusa
que la propia existencia.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Alguna trascendencia

Volví con una segunda entrada que debería haber hecho hace tiempo en algún blog, o algún intento, anterior. Pero recién ahora, que le estoy dando forma a un nuevo proyecto, es que me siento lista para compartirme. Vengo con el miedo que se deriva del ego mismo, de ponerme a prueba en las visiones de otros. Pero hoy me gana la ansiedad de una propuesta. Ésta, como tantas otras, es una poesía que también es letra, que también es canción, que a su vez es parte de un proyecto, que también soy yo.

Más adelante me compartiré entera -o al menos en gran parte- cuando la propuesta que ahora estoy moldeando esté lista para ser interrumpida. Con el tiempo y la distancia, las cosas toman forma. 



Perspectiva

Lo impenetrable se queda
inmóvil y lejano.
Mutando queda,
allá adentro.
Por fuera, sigilo y llano.

Planicie oscura, ya intervenida
después de verde, después de flor.
Nadie atestigua, nada evidencia
aquella esencia corrompida.

Ahora te miro, que ya me voy
después de arte, después de ciencia.
Yo sí mutante, ya no planicie
participante pero pasiva.

Y lo impenetrable se queda
inmóvil y lejano.
Mutando queda allá,
adentro.